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Si a tu bebé no le gusta cambiarse el pañal: ideas y trucos

Cambiar pañales

Cuando vemos en alguna revista o catálogo de ropa infantil a los nenes y bebés vestiditos muy conjuntados, impolutos, sin ninguna clase de mancha, bien peinados, y muy quietos, a algunos papás y mamás nos da la risa. Los niños son pura energía, y vestirse o estar aseados no son una de sus prioridades. Cuando son bebés de pocos meses la tarea de cambiarles el pañal o ponerles su ropita suele ser más fácil y llevadera, pero conforme van creciendo la cosa se complica y no hay manera de que se estén quietos. Hay niños tranquilísimos que se están muy quietecitos mientras les cambian el pañal y les visten, a estos papás no les hace falta leer este artículo. En cambio, si tu hijo es de los que no se está quieto mientras le pones un pañal limpio y le cambias la ropa, tal vez las ideas que te proponemos en este artículo te pueden ayudar a convertir esta tarea en algo más grato.

El cambiador, ese mueble

Existe un mueble, el cambiador, cuya utilidad es precisamente cambiar al bebé de pañal y de ropa, que se nos presenta como imprescindible en la alcoba de un recién nacido. Y ciertamente es un elemento útil, porque la forma más cómoda de cambiar a un bebé es cuando está tumbado. El cambiador, además, suele llevar incorporadas unas cajoneras muy prácticas para guardar la ropa y las cosas de aseo, también una colchoneta mullida para apoyar al bebé, e incluso hay cambiadores que llevan bañera incluida.

Pero ocurre una cosa: conforme el bebé crece y va creándose su personalidad, vamos a ver que querrá moverse más, que no le gustará que le atosiguen limpiándole o vistiéndole, y va a haber un momento en el que ya no le guste estar tumbado en el cambiador. Por este motivo, un buen consejo es no dar tanta importancia a este mueble, porque su utilidad es limitada, y además, si nuestro hijo no para de moverse, lo vamos a pasar mal por el riesgo que puede tener de caerse. Para ser un poco más prácticos, y también con el objetivo de no llenar la casa de trastos, muchos papás y mamás hemos optado por utilizar una cómoda a modo de cambiador. Basta con poner un colchoncito encima, y una vez dejemos de darle uso, siempre nos va a servir para seguir guardando todo tipo de ropa. En cualquier caso, en el momento que veas que tu hijo no está a gusto cuando le cambias en el cambiador, deberás buscar alternativas. Una opción que suele funcionar es cambiarles encima de una cama. Es más latoso para nosotros, porque has de llevarte contigo la ropa y productos de aseo necesarios, pero harás que tu crío esté más tranquilo, y de paso tú también.

Padres prácticos, que todo quede a mano

Un apunte antes de seguir. Para facilitar la tarea del cambio de pañal es importante que tengamos a mano todo lo que vamos a necesitar para cambiar a nuestro bebé. Los productos de aseo, pañales, toallitas, esponja, una papelera donde echar los pañales usados. La ropa, bodys, camisetas, pantalones o vestiditos, pijamas, y un cubo para la ropa sucia. Aquí son útiles las perchas y esos accesorios con compartimentos que se cuelgan, para tenerlo todo cerca y no dejar nunca solo al bebé. Aunque lo más práctico es que uno de los papás cambia al nene, mientras otro ayuda con otras cosas de la casa, es también bonito hacer que la tarea del cambio de pañal o de ropa sea una cosa compartida en familia, y que estéis los dos, papá y mamá, acompañando al bebé, entreteniéndole y ayudándoos juntos si el nene es muy guerrero.

Momentos de cariño, ratos divertidos

Es importante que el cambio de pañal no se convierta en algo molesto para los papás y mamás. Vamos a tener que hacerlo unas cuantas veces a lo largo del día, y aunque el nene se queje, hemos de conseguir nuestro objetivo: cambiarlo. Una buena manera de hacer estos momentos placenteros, es aprovechar para entretener al bebé, él se lo pasará bien y nosotros disfrutaremos muchísimo. Podemos cantarle canciones, echando mano de repertorio infantil o incluso inventándonos una canción para la ocasión. También son entretenidos los juegos, mirarle y poner caras, soplarle la barriguita, hacerle cosquillas, pedorretas. Incluso es útil tener algún muñeco o juguete que sepamos que le gusta a mano, para que lo manipule y chupetee mientras le cambiamos. Un poco de diversión nos va a ayudar a hacer más fácil esta tarea.
Es importante que nos planteemos el cambio de pañal como un rato que compartimos en exclusiva con nuestro hijo, un momento en el que estar muy cerquita suyo, afianzando nuestra relación con él, perfecto para poder expresarle nuestro cariño. El nene además, al notar su propio cuerpo sin ropa, sin un pañal entre sus piernas, va a sentirse muy cómodo. Y también va a estar más atento a nuestra voz. Lo que le estemos diciendo y cómo lo decimos, con amor, con cariño, lo que él hablotea y expresa con su voz, su risa y sus grititos, son un componente importante en su aprendizaje del lenguaje. Aprovecha estas circunstancias, así tanto los papás como el nene disfrutaréis de un rato agradable, y de paso conseguiréis que quede vestidito y con su pañal limpio.

La ropa, que sea cómoda

No siempre podemos elegir la ropa que llevan nuestros hijos, mucha nos la regalan, otra la heredamos de primitos o amiguitos. Hay prendas que son especialmente latosas de poner, porque tienen pocas aberturas o al revés, porque llevan demasiados corchetes. Antes de cambiar al nene, trata de evaluar el nivel de complicación de la ropa que le vas a poner. Si es un día en que el está especialmente molesto o quejica, olvídate de vestirle con prendas incómodas, vístele con lo que os resulte más fácil a los dos. Cuando son muy pequeños, y puedes cambiar a tu bebé tumbado, te serán prácticos los bodys con corchetes delanteros o los pijamitas enterizos. Una vez el bebé se hace más mayor, ya sobre el año o los dos años, te resultará mucho más cómodo un pijama de dos piezas, un pantalón sin corchetes o un simple vestidito con unos leotardos o mayas debajo.

Si ya me pongo de pie, ¿por qué me tumbas?

Cuando tu hijo ya sabe ponerse de pie sin ayuda, te va a resultar más difícil que quiera tumbarse. Cada pequeño logro que nuestro hijo va haciendo es para él un motivo de alegría y de excitación. Un paso más para conseguir su independencia. Coger las cosas con las manos, sentarse, darse la vuelta solo, gatear, ponerse de pie, andar, correr. Son pasos muy importantes para el desarrollo de nuestro hijo. Por eso es importante que los papás nos adaptemos a sus necesidades en cada uno de estos momentos. Y si el nene no quiere tumbarse, ¿por qué no cambiarle de pie? Aprovechad que estar de pie le hace feliz, y para nosotros es cómodo cambiarle el pañal y vestirle en esta postura. Más difícil es cuando ya andan, y se nos escapan, y hay que ir corriendo detrás de ellos para ponerles la ropa. Aquí hay que tratar de tenerles entretenidos, para que no se nos vayan lejos, y ponerles lo más pronto posible los calcetines, para que no cojan frío.

Aunque poco a poco van aprendiendo la rutina de vestirse, que primero va una manga y luego la otra, un zapato y después el otro, no debemos olvidar como padres que para ellos esto de vestirse y cambiarse el pañal no tiene ninguna importancia, porque lo importante para los nenes es expresarse jugando, moviéndose o manipulando cosas, y por supuesto sintiendo nuestro cariño, nuestro compromiso, nuestra cercanía y atención.

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