Muchos de nosotros no nos relacionamos adecuadamente con la alimentación. Rechazamos nuestro cuerpo, recurrimos a las dietas, queremos tener el control por medio de lo que comemos. ¿Te suena esta sensación? En este artículo pondremos sobre la mesa las señales que nos alertan de una mala relación con la comida y qué hacer para mejorarla. ¡Sigue leyendo!
Señales que denotan una mala relación con la comida
Una buena relación con la comida tiene más que ver con la manera en la que te sientes y los ingredientes de los que te nutres que con una dieta estricta. Estas son algunas situaciones que nos indican que no nos estamos relacionando adecuadamente con nuestra alimentación:
- Cuando comes sientes culpa.
- Incluso en momentos o celebraciones especiales, restringes comidas que no consideras beneficiosas para ti y comes menos que los demás.
- De manera continuada, te sientes hinchada o notas que has engordado. Tu peso tiende a subir y a bajar de forma notoria con frecuencia.
- Cuentas constantemente las calorías.
- Evitas reuniones sociales porque miedo a perder el control de lo que comes.
- Experimentas pensamientos dicotómicos, es decir, o todo o nada: “O me como todas las galletas o no me como ninguna”.
- Haces caso omiso a las señales que te da tu cuerpo, a pesar de que te sientas hambrienta y dispongas de alimentos a tu alcance.
- Eres extremista con las reglas de alimentación: no cenas hidratos, realizas ayunos tras comidas copiosas, bebes agua antes de comer para llenarte, etc.
En definitiva, no disfrutas de tu alimentación. Al contrario, es para ti un momento que pesa en tu rutina diaria en lugar de significar una fuente de disfrute.
Señales que denotan una buena relación con la comida
Una buena relación con la comida significa poder pedir lo que te apetezca de la carta del restaurante sin pensar si es más o menos saludable, entender que no necesitas hacer deporte solo para “quemar” lo que has comido o comprender al fin que tu fuerza de voluntad no se mide por lo que dejas (o no) de comer.
Otras señales que te dirán si te relacionas correctamente con la alimentación:
- No te prohibes ningún alimento. Entiendes que cada uno de ellos es importante en función del momento y la necesidad. Prestas más atención al contenido nutritivo que a las calorías.
- Escuchas a tu cuerpo cuando tiene hambre. Conoces la diferencia entre hambre emocional y hambre estomacal. Comes cuando sientes hambre real y no cuando estás estresado o en tensión.
- No dejas que las opiniones de los demás condicionen la manera en la que te alimentas. Si asistes a reuniones o eventos familiares, te permites comer lo que los demás comen.
- Disfrutas plenamente de la experiencia de comer. Comes despacio y disfrutas de cada bocado sin sentimientos de culpa ni remordimientos.
¿Qué hacer para mejorar tu relación con la comida?
Para cambiar la relación con la comida favorablemente, necesitas estudiar qué te ocurre, por qué te encuentras así y, sobre todo, aprender a aceptarlo. De esta forma, podrás tomar acciones para sentirte mejor al respecto. Algunas recomendaciones:
- Libérate de las cadenas autoimpuestas. A menos que tengas una condición de salud que te impida comer algún alimento, permítete disfrutar de lo que te gusta.
- No hay alimentos “buenos” o “malos”. En lugar de clasificarlos así, trata de concentrarte y averiguar el papel que cada alimento desempeña. En nuestros artículos de alimentación encontrarás posts que hablan de las propiedades de muchos de ellos.
- Aprende a reconocer cuándo tienes hambre real. En este artículo encontrarás algunos tips para no comer bajo el impulso.
- Sé consciente de lo que comes. Mastica, saborea, siente en tu boca la textura de los alimentos y cómo te hacen sentir. En este artículo encontrarás los beneficios de practicar la alimentación consciente.
- Apuesta por alimentos que favorezcan tu salud física y mental de manera sostenible y respetuosa con el medio ambiente. Una alimentación basada en elecciones conscientes, exigiendo calidad en los productos que ingieres es elemental para sentirse bien. Desde Arla, promovemos la importancia de volver a lo natural con quesos elaborados con la mejor leche fresca, sin aditivos, colorantes ni conservantes para que puedas disfrutar sin remordimientos de cada comida.