Históricamente las abejas han aportado a nuestra cultura diferentes subproductos que aún hoy seguimos utilizando para nuestra gastronomía o hasta medicina natural. En este artículo conoceremos las propiedades de la miel, el polen, la jalea real y el própolis.
Propiedades de la miel y otros productos apícolas
¿Conoces realmente la diferencia entre miel, polen, jalea real y própolis? Sigue leyendo, seguro que te sorprenderá alguna propiedad no tan conocida y empezarás a amar estos productos más que nunca.
La miel
Solo 5 especies de abejas entre las 20.000 que existen producen miel. Las abejas son insectos muy sociables y viven en grandes colonias sobreviviendo durante el invierno gracias a la miel y el néctar.
¿Sabías que la miel puede ir muy bien a personas con problemas óseos ya que ayuda a retener el calcio y activar la osificación? Por otro lado, también se recomienda en casos de decaimiento, mucho cansancio físico, deportistas y personas con anemia, no sólo por su aporte energético rápido (fructosa y glucosa) sino también porque ayuda a aumentar la hemoglobina en sangre.
En épocas de resfriados y dolores de garganta, la miel nos va a suavizar las faringitis y laringitis pero además ayudará a combatirlo gracias a que algunas propiedades de la miel son antibacterianas (recordad que la miel no caduca casi nunca, tiene un ph tan ácido que impide que bacterias y microorganismos puedan vivir).
El polen
Esta especie de polvo marrón/naranja que recogen las abejas en unas cestitas que tienen en sus piernas de atrás y que utilizan para elaborar la jalea real y así alimentar a la colmena, y que recogemos los humanos con una malla por sus múltiples beneficios nutritivos para nosotros.
A diferencia de la miel, el polen no es tan conocido por su aporte de energía sino porque puede ser una fuente de proteínas para las personas vegetarianas, por su aporte en aminoácidos. Por ello sobretodo se recomienda en personas cansadas o que acaban de pasar por alguna enfermedad y necesitan revitalizarse. Gracias a su proporción de betacarotenos, vitamina C, potasio y calcio, ayuda también a mejorar el sistema inmunitario.
La jalea real
Es el alimento que las abejas dan a sus larvas para que crezcan, y que combinado con polen y miel consumen las abejas obreras.
¿Qué la diferencia del polen y la miel? Es muy rico en proteínas, azúcares, grasas, minerales y vitaminas por lo que se utiliza muchas veces para ayudar a que los niños crezcan mejor y con más energía mental, como un multivitamínico natural, sobretodo gracias a ser rica en vitaminas del grupo B, siendo una gran ayuda para personas con el sistema nervioso delicado: depresión, ansiedad, época de estudios…
El própolis
Las abejas recogen esta resina de las cortezas de los árboles o partes deterioradas de las plantas. Al ser una sustancia pegajosa, la utilizan para reconstruir las paredes interiores de los panales, sobretodo cuando hay grietas, y así protegerla de aire, descomposición, hongos y bacterias.
Por eso en la medicina natural se utiliza como antibacteriano natural, anestésico y antiinflamatorio. Al igual que la miel, se recomienda sobretodo en caso de infección o dolor de garganta, dando la miel un efecto más balsámico y energizante.
Estamos acostumbrados a tomar estos alimentos de forma independiente, como un súper alimento-medicina, sin embargo, podemos disfrutar de sus propiedades de una forma más desenfadada mezclando la miel con un poco de queso o en cualquier salsita, añadir la jalea real en cualquier batido verde (por ejemplo con plátano, espinacas y apio), poner el polen de topping en cualquier crema de verduras caliente o fría en verano, y utilizar el própolis para condimentar cualquier infusión de hierbas.
Ahora que ya conoces las propiedades de la miel y de otros productos apícolas, ¡es hora de integrarlos en tus recetas y empezar a cuidarte!
Esta receta de Mario Saldoval es ideal para beneficiarse de las propiedades y el sabor de la miel mientras comemos un delicioso plato de verduras.
¿Cómo conservar la miel, el polen y la jalea real?
La mejor manera de conservar la miel es manteniéndola siempre a una temperatura constante. Para conservar intacta sus propiedades, lo ideal sería un lugar oscuro, fuera del alcance de la luz directa y de la humedad.
El polen, según lo recibes y si a corto plazo se va a consumir es mejor dejarlo en la nevera. Por el contrario, si el periodo de consumo es en el largo plazo mejor conservarlo en el congelador.
La jalea real se deteriora rápidamente después de su cosecha y tiene que ser congelada o liofilizada para su conservación. En casa se recomienda guardarla en la nevera.