Los altramuces pertenecen a la familia de las leguminosas por lo que están emparentados con las lentejas, alubias, habas o garbanzos. Sus propiedades y beneficios son variadas, pues este alimento vegetal es muy rico en proteínas y aporta fibra, vitaminas B y minerales esenciales. Tomar semillas de altramuz añade valor nutricional a tu alimentación por lo que se puede convertir en un snack fácil, rápido de preparar y saludable para tu dieta.
¿Qué son los altramuces?
Los altramuces son legumbres características de la zona Mediterránea. Estas semillas comestibles, también conocidas como «chocho» o «lupín», se tomaban habitualmente como aperitivo hasta que cayeron en el olvido. Provienen de una planta denominada el lupino y tienen un sabor ligeramente amargo.
Propiedades de los altramuces
Proteínas
Si cogemos una taza de altramuces cocidos como referencia, contiene hasta 16 gramos de proteína. Este aporte nutricional es indispensable para ayudar en el crecimiento de nuevas células. Apoya la reparación de tejidos y mantiene la función del sistema inmunológico.
Fibra
La misma cantidad de semillas también presenta 16 gramos de carbohidratos, incluyendo 5 gramos de fibra. La fibra dietética contribuye a la salud cardiovascular y también podría ayudar en el control de peso. Por último, una porción de altramuces aporta casi 3 gramos de grasa.
Vitaminas
Comer altramuces contribuye a aumentar el consumo de vitaminas. Proporcionan una cantidad significativa de vitamina B1, esencial para el metabolismo de carbohidratos y grasas, así como el mantenimiento de la función del sistema nervioso.
Además de proporcionar el 25% de la cantidad diaria de folato, esencial para la salud cardiovascular y para mantener una adecuada presión arterial.
Minerales
Igualmente, los altramuces son una apreciable fuente de minerales. Por ejemplo, volviendo a nuestra taza de altramuces, constatamos que está presente el zinc así como magnesio para la salud ósea y de los cartílagos.
Valores nutricionales 100 g
- Calorías: 119 kcal
- Agua: 71 g
- Proteínas: 16 g
- Fibra: 2,8 g
- Hidratos de carbono: 9,88 g
- Grasas: 2,9 g
Cómo preparar las semillas de altramuz
Si has comprado los altramuces secos puedes prepararlos en conserva. Para ello, necesitarás seguir los siguientes pasos:
- Pon las semillas a remojo en agua fría durante 24 horas.
- Una vez hidratadas, los escurrimos y las volvemos a cubrir en una olla con agua.
- Añadimos una pizca de sal y hervimos durante 20 minutos.
- Una vez cocidas, tendremos que colarlas e introducirlas de nuevo en un recipiente con agua.
- Acuérdate de cambiar el agua durante 5 días (mañana y noche) y ya las tendremos listas para su consumo. Con esta operación conseguirás que los altramuces pierdan todo su amargor.
¿Sabías que los altramuces no engordan?
El consumo de altramuces se considera beneficioso para la digestión, la movilidad intestinal. Mejora la salud cardiovascular y contribuye a la salud del sistema inmunitario.
Según la Doctora Regina Belski de la Universidad La Trobe de Melbourne en Australia, incluso los altramuces podrían llegar a considerarse un ‘alimento funcional’. En un estudio con personas con sobrepeso, aquellos que consumían el pan enriquecido con harina de altramuz mejoraron su metabolismo, en comparación con los que consumieron pan de trigo convencional.
Los altramuces secos son una de las legumbres que menos grasas aportan. Dentro de los diferentes tipos de grasas, sin duda es de destacar que son grasas insaturadas, buena para las arterias y el corazón.
También parecen favorecer la saciedad, al menos de acuerdo a estudios de la Universidad de Western Australia.
Remedio natural contra la diabetes
El altramuz tiene efectos antiinflamatorios y pueden prevenir la diabetes, según una investigación realizada por centros sanitarios andaluces, franceses y australianos.
El estudio publicado en el Journal of Functional Foods demuestra que las semillas de altramuz disminuyen la producción de sustancias inflamantes. Además de la diabetes, ayudan a combatir otras enfermedades relacionadas con inflamación crónica. Por ejemplo, las enfermedades del corazón, obesidad o el síndrome metabólico.