Los pies aguantan todo el peso de nuestro cuerpo, por lo que requieren una especial atención, aunque a veces los olvidemos. Uno de los factores en los que debemos fijarnos es el calzado que usamos para proteger los pies del contacto con el suelo, del frío, de la humedad o de los golpes.
Tanto en la calle como en casa, estamos calzados la mayor parte del día. Una mala elección del zapato que llevamos puede derivar en problemas y dolores de espalda, de rodillas y de tobillos, en problemas de circulación o en malformaciones en los pies como juanetes o callos. Por ello, a la hora de escoger el calzado, hay que tener en cuenta una serie de recomendaciones.
Material y forma: los zapatos deben estar fabricados en materiales transpirables y hay que evitar, en la medida de lo posible, los que están hechos con plástico. Tienen que ser suaves y flexibles, pero con una suela suficientemente gruesa para que el pie no sufra. En cuanto al tacón, no es recomendable usar a diario zapatos totalmente planos –tipo bailarinas- ni zapatos con un tacón excesivo. Un tacón grueso de unos 2-4 centímetros es la medida ideal. Si necesitas usar plantillas, recuerda que no todos los zapatos sirven.
Medida: el pie debe sentirse cómodo, ni apretado ni “bailando” dentro del zapato, y el talón debe estar sujeto pero los dedos no tienen que estar apretados. Al elegir calzado, recuerda que es el zapato el que debe adaptarse al pie y no al contrario. Nuestra talla es una referencia, no debemos guiarnos sólo por ella, puesto que los pies cambiar con el tiempo y las hormas de los fabricantes también varían de uno a otro. Si dudamos entre dos tallas es mejor elegir el número mayor.
En la zapatería: la hora ideal para probarse el calzado es a última hora de la tarde, al ser el momento en que los pies están más cansados e hinchados. De este modo, nos aseguraremos de que no nos aprieten. Debemos probarnos los zapatos de los dos pies, ponernos de pie con ellos y caminar, para comprobar la flexibilidad y suavidad del material.
Además, debes elegir el calzado adecuado para cada actividad. Y si se trata de calzado para la práctica deportiva, es muy importante dejarse aconsejar por un profesional, porque cada actividad tiene unas características y necesita un tipo de calzado distinto. En el caso de los deportes es especialmente importante elegir bien el calzado para prevenir lesiones.
El calzado de los niños
Si la elección de un buen calzado es básica para los adultos, lo es más para los niños, ya que sus pies se están formando y elegir mal el zapato puede provocar problemas irreversibles.
¿Qué debemos tener en cuenta al elegir el calzado para los más pequeños?
– Compra los zapatos de la talla adecuada, no de alguna talla mayor para que puedan utilizarlos más tiempo. Un zapato grande puede provocar lesiones y traumas, porque al no llevar el pie bien sujeto es más fácil que el niño se pueda caer.
– Cuando el niño comience a caminar es importante que el niño lleve zapatos cerrados y resistentes, con la punta redondeada y la suela antideslizante, ligera y flexible. El zapato no debe quedar apretado, pero tampoco muy suelto.
– Los zapatos de los niños, sobre todo en las primeras etapas, tienen que llevar una buena sujeción en el empeine, con cordones o hebillas, por ejemplo.
– Al igual que los zapatos para adultos, el material utilizado debe ser transpirable.
– No es recomendable que los niños hereden zapatos utilizados, puesto que la anatomía de cada pie y la forma de caminar son diferentes, y el zapato usado estará adaptado al primer usuario.
Por último, recuerda que a la hora de elegir zapatos no hay que dejarse llevar sólo por la moda, sino aunar comodidad con estética.