La deshidratación de alimentos es uno de los métodos de conservación más antiguos que existen.
Consiste en someter los alimentos en aire caliente a una baja temperatura durante una duración determinada, consiguiendo así extraerles el agua.
Os presentamos esta técnica muy interesante desde el punto de vista de lo saludable y también de lo gastronómico.
Ventajas de la deshidratación de alimentos
- Permite conservar todos los alimentos (frutas, verduras, carnes, pescados, setas, hierbas, especias), comidas (purés, comidas), elaboraciones de dieta cruda (galletas, pizza, rollitos, barritas, granolas…) y otras aplicaciones (secar flores y otros elementos decorativos…).
- Conservación durante meses o años
- Es el sistema de conservación que mejor mantiene las propiedades nutricionales de los alimentos.
- Los sabores se intensifican, al concentrarse.
- Reduce el espacio de almacenaje, manipulación y transporte.
- Podemos conservar excedentes de cosechas, aprovechar la temporada de un cierto alimento o salvar esas frutas o verduras que no gastamos antes de que se echen a perder.
Cómo deshidratar alimentos
Antiguamente la deshidratación se hacía al aire libre, tanto al sol, como a la sombra; este método, aunque más lento, era apreciado por su capacidad de preservar el aspecto original del alimento secado.
Durante el siglo pasado se desarrollaron técnicas industriales de alta eficiencia, pero que suelen perjudicar la calidad nutricional, dada las temperaturas utilizadas.
Según numerosos estudios científicos, la temperatura ideal para deshidratar alimentos es hasta unos 45º. Si el calor es mayor, las enzimas de los alimentos, de gran importancia para la digestión, empiezan a desaparecer.
Para deshidratar alimentos al aire libre es necesario espacio, paciencia y un clima lo más seco posible.
Los alimentos se colocarán en tendederos, zarzos de caña o cualquier sistema que permita una buena ventilación.
Los alimentos tardarán varios días en secarse, por lo que es aconsejable entrarlos por la noche para evitar la humedad.
También hay deshidratadores solares, que aprovechan el principio de ascenso del aire caliente. Los deshidratadores eléctricos constan de resitencias y ventiladores y permiten un mayor control sobre la temperaratura.
También se puede deshidratar alimentos en el horno, a una temperatura por debajo de 60º y con la puerta entreabierta. También se puede colocar un ventilador cerca para mantener el aire en circulación.
Deshidratación de alimentos
- Deshidratar frutas: Puedes deshidratar manzanas, melocotones, plátanos, fresas, cocos, ciruelas, cerezas, higos, kiwis, mangos, peras, piñas… córtalas de forma que tengan un tamaño uniforme y se sequen todas a la vez… tras el proceso de secado concentrarán su sabor, convirtiéndose en auténticas golosinas 100% naturales. Las frutas secas pueden tomarse solas, con el desayuno o el postre, con ensaladas, con platos agridulces… o usarse en decoración.
- Setas: la época de las setas es corta, pero secándolas podemos guardar las setas enteras o en rodajas en recipientes herméticos, para usar más adelante. Sólo tendremos que rehidratarlas con agua, leche o vapor. También podemos guardarlas molidas, para salsas, guisos y otros platos.
- Hierbas aromáticas: Si eres de los que cultiva en casa sus propias hierbas, la deshidratación te servirá para poder disfrutar de ellas todo el año. Albahaca, romero, cilantro, menta… Cuando estén secas, podrás combinarlas y convertirlas en sal de hierbas.
- Snacks: deshidratando vegetales como zanahoria, berenjena, calabaza o calabacín puedes preparar unos chips de verdura, un snack crujiente, original y saludable.