Cualquier dieta sostenible es aquella que genera un impacto ambiental reducido y que contribuye a la seguridad alimentaria y nutricional. Además, según la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura) debe proteger y respetar la biodiversidad y los ecosistemas, así como ser accesible y económicamente justa.
¿Cómo se consigue esto? Hemos preparado este decálogo con sencillos pasos que te ayudarán a poner en práctica hábitos de consumo más sostenibles.
1. Come alimentos variados
Toda dieta sostenible y saludable debe incluir una variedad de alimentos. Nuestro organismo necesita una serie de nutrientes que un solo producto alimentario no nos puede aportar. Para conseguir una dieta heterogénea, podemos combinar cada día alimentos de los tres grupos básicos: constructores, energéticos y reguladores.
Los componentes principales de los alimentos constructores o plásticos son proteínas de origen animal o vegetal y minerales. En este grupo se encuentran productos lácteos, carnes, pescados y huevos. Los alimentos energéticos son los que proveen la energía para realizar distintas actividades físicas. Pasta, arroz, dulces, miel, frutos secos, etc. Por último, los reguladores son aquellos que inciden directamente al funcionamiento del organismo como verduras y frutas.
2. Reduce el desperdicio de alimentos
El desperdicio alimentario supone un gran impacto en el medio ambiente, así como una enorme pérdida de los recursos necesarios para su producción: agua, superficie agrícola y energía. Casi un tercio de los alimentos, aproximadamente 1.300 millones de toneladas, que se producen al año en el mundo para el consumo humano se pierden o desperdician, según advierte la FAO.
Para reducir estas cifras es importante que comencemos desde nuestro hogar. Con pequeños gestos podemos conseguir mucho, por ello, planifica la compra semanal adaptada a tus necesidades, conserva adecuadamente los alimentos, compra productos de temporada, ajusta las raciones, aprovecha las sobras y si comes en la oficina usa tu propio recipiente reutilizable.
3. Apuesta por frutas y verduras de temporada
Al ser de temporada, su precio será más económico y justo. Además, si hablamos de frutas y verduras es más probable que estén en su punto de maduración y si nos referimos a animales (pescados y mariscos, sobre todo) estaremos respetando sus ciclos vitales. Respecto a las frutas y las hortalizas, empieza a conocer qué frutas y verduras pertenecen a cada temporada y acostúmbrate a disfrutar de ellas durante esa época del año. El dulzor que podrás apreciar no tendrá nada que ver con el sabor de la misma fruta en un momento que no sea el ideal para su recolección.
4. Planifica tus comidas en tu dieta sostenible
Organizar tu propio menú va a conseguir que lleves una alimentación más equilibrada durante toda la semana. De esta forma vas a ser capaz de prever con antelación qué alimentos necesitas comprar y en qué cantidades. Te aseguras de que las raciones son apropiadas y ricas en proteínas, fibras, hidratos de carbono, vitaminas y grasas saludables. Además, te permite planificar la compra semanal en función de las necesidades reales que tengas para elaborar los platos. Y gracias a ello, no solo ahorras dinero sino que no también minimizamos el despilfarro alimentario.
5. Utiliza el congelador
¿Has comprado demasiados alimentos frescos y no vas a consumirlos en los próximos días? ¡Usa el congelador para conservarlos! Hoy en día se puede congelar prácticamente cualquier tipo de alimentos y bebidas. A excepción de frutas como las peras y las manzanas ya que pierden su textura, los huevos y preparaciones a base de huevo, así como algunas salsas.
Su principal ventajas es que detiene el crecimiento de posibles patógenos en los alimentos. De esta forma, asegura un consumo posterior con las máximas garantías de higiene, seguridad y calidad. Asimismo, mantiene todas las cualidades nutricionales y organolépticas de manera natural y permite ahorrarnos tiempo y dinero.
6. Descubre la cocina de aprovechamiento
¿Tienes en la nevera algunos alimentos a punto de estropearse? No te preocupes, todavía puedes darles una segunda vida. La cocina de aprovechamiento o trash cooking consiste, como su nombre indica, en aprovechar al máximo los alimentos y crear una experiencia de nuevos platos, ricos, sabrosos y saludables a partir de sobras de comidas. Con esta técnica sostenible no desperdiciarás nada, ahorrarás dinero y fomentarás tu creatividad probando nuevas recetas a las que podrás darle tu toque personal. Los pistos, purés o ensaladas variadas suelen ser platos perfectos para improvisar. ¿Te animas?
7. Haz la compra de forma sostenible
Uno de los aspectos que influye en una dieta sostenible es el proceso de producción de los alimentos. Aunque es cierto que las emisiones de gases no se pueden disminuir íntegramente, sí es posible tomar acciones para disminuir la huella medioambiental. Por eso, debemos ser conscientes de lo importante que es elegir empresas que tienen en cuenta el medio ambiente y el impacto social, como hace Arla reduciendo la emisión de CO2 en todas las operaciones, incluso en fases de embalaje y transporte, y trabajando hacia el 0% en emisiones de carbono para el año 2050.
Por otro lado, poniendo tu granito de arena también puedes contribuir a una compra sostenible. Te sugerimos que, en la medida de lo posible, cuando vayas a comprar lleves tu propia bolsa para productos a granel como frutas y verduras. Así no crearás tantos residuos usando envases de plástico. Actualmente disponemos de otras alternativas como bolsas de malla o de tela que son lavables y reutilizables. ¡Pon en práctica estas sugerencias en tu próxima compra!
8. Modera el consumo de carne, tanto roja como blanca
Al reducir el consumo de este alimento estamos disminuyendo el riesgo de padecer ciertas enfermedades crónicas. La carne, y sus derivados, contiene elementos que, en función de los métodos de cocción utilizados y en cantidades elevadas, pueden ser perjudiciales para la salud. Por tanto, un consumo moderado va a aportar proteínas de alto valor biológico, de vitamina B12 y hierro, de forma eventual, pero disminuyendo el riesgo de desarrollo de las enfermedades asociadas. Del mismo modo, este producto también es fuente de grasa saturada y colesterol. Por lo que si reducimos su consumo en nuestra dieta sostenible, también disminuirá el riesgo de enfermedades cardiovasculares.
9. Compra alimentos que cumplan un estándar certificado
Todos los alimentos, se vendan envasados o a granel, deben ir provistos de cierta información. Esto permitirá conocer su origen y composición de forma precisa en mayor o menor medida. Por ejemplo, el queso Havarti, ha recibido la Indicación Geográfica Protegida (IGP) que acredita la autenticidad en el origen del queso y su receta.
10. Separa tus residuos
Mediante el reciclaje se elaboran nuevos productos a partir de aquellos que ya no son de utilidad pero que tienen valor, ofreciéndonos la oportunidad de ahorrar energía y recursos naturales. Aprender a separar los residuos de tu hogar es muy fácil y tu pequeño esfuerzo es muy importante para el medio ambiente.
Juntos construimos un futuro mejor
¡Una dieta sostenible y saludable es posible! Los alimentos beneficiosos para la Tierra, también lo son para ti. Por eso, con tan solo estas 10 pautas conseguiremos proteger y respetar el medio ambiente, optimizar los recursos humanos y naturales y mejorar nuestra salud.