Aunque lo ideal cuando compramos los moluscos es comerlos cuanto antes, es posible mantenerlos algunos días frescos en la nevera. Hoy nos centramos en las almejas, cómo conservarlas frescas el máximo tiempo posible.
Comprar almejas frescas
Lo primero es asegurarnos de que las almejas que compramos son frescas. Para reconocer una almeja fresca la concha del molusco siempre ha de estar entera, cerrada o ligeramente abierta. En el caso de que esté abierta, debe cerrarse al tocarla. Si una almeja está rota o abierta y no se cierra, no debes arriesgarte a consumirla. Este truco sirve para cualquier molusco con concha: mejillones, chirlas, coquinas, ostras, etc.
Trucos
Una vez compradas podemos mantener las almejas vivas hasta tres días dentro del frigorífico con un sencillo truco: humedecemos un paño y las metemos dentro, cerramos bien el paño con un nudo y lo colocamos sobre un plato, por último colocaremos el plato en la zona menos frío del frigorífico para que no mueran. Las almejas permanecerán en el frigorífico hasta el momento de prepararlas.
Cuando las saquemos es posible que algunas hayan muerto. Si vamos a cocinarlas descubriremos fácilmente cuales son porque no se abrirán. Si te gustan las almejas crudas nuestro consejo es que apuestes por las más frescas y compruebes bien una a una.
Si lo que quieres es congelar las almejas, nuestro consejo es que las cocines primero y las congeles una vez congeladas, ya que si las congelas crudas morirán y cuando quieras cocinarlas no se abrirán.
Cómo abrirlas sin dañarlas
Aprovechamos para recordaros que para abrir las almejas sin dañarlas en caso de consumirlas crudas, hay que introducir la hoja del cuchillo por un lateral, después por el otro lateral y arrastrarla suavemente por el centro extrayendo la hoja para que solo sea la punta del cuchillo la que ayude a separar las dos valvas sin tocar la almeja. Si el cuerpo está lleno de valvas es muestra de calidad.