Navidad, época de excesos. Para las personas que están cuidándose y trabajando en su proceso de mejora de hábitos, estas fechas pueden ser de preocupación y estrés. Pensar que no vamos a poder disfrutar como nos gustaría de las celebraciones por no “romper” nuestros planes nutricionales o alarmarse por vivirlas desde el descontrol y la desconexión total de nuestros objetivos, considerando después que se debe comenzar de nuevo al haber “estropeado” lo que previamente habíamos avanzado.
¿Cómo disfrutar en Navidad?
Es importante tener claro que en Navidad se puede disfrutar sin remordimientos y sin que signifique que se están haciendo las cosas mal. La clave está en vivir estas fechas y disfrutarlas de una forma más consciente y con flexibilidad mental para evitar sentimientos de culpa y malestar.
En realidad, si contamos las comidas y cenas especiales, son menos que todas las demás que haremos en el día a día entre desayunos, comidas, cenas y tentempiés. En todas estas ingestas podemos continuar tranquilamente con esos hábitos en los que estamos trabajando y de los que disfrutamos.
Este punto es muy importante ya que si se siguen planes rígidos y restrictivos que implican pasar hambre, comer sin ganas ni ilusión y acumular deseo por comer ciertas cosas, es muy probable que la necesidad de “descontrol” e ingestas poco equilibradas sea muy mayor.
Consejos para vivir una Navidad saludable y consciente
Por todas estas razones, hoy os damos una serie de consejos para disfrutar de comer rico y con calma, de las personas con las que se comparten esos momentos o con nosotros/as mismos/as y hacerlo de una manera tranquila y con atención plena.
Recomendaciones para poder disfrutar de una Navidad saludable y consciente:
- Hacer con normalidad las ingestas previas: el día 24, por ejemplo, no hay que ayunar o comer poquito durante el día para así reservarnos para la noche. Es mejor comer como lo hacemos habitualmente para llegar con un nivel de hambre normal y cómoda.
- Ser consciente durante la cena o comida especial: estar al tanto del nivel de hambre antes de empezar y de cuál es el menú para así valorar qué nos apetece comer (a veces es todo y otras veces elegimos entrantes y postre, por ejemplo).
- Relajación al sentarse a comer: podemos hacer alguna respiración profunda para entrar en calma con tanta emoción que nos rodea.
- Servirse en el plato: si tenemos mucha comida en la mesa, como puede suceder con los entrantes, puede ayudar servirse en el plato lo que se quiere comer en vez de picar de las fuentes. De esta forma se hacen elecciones más conscientes y se come con mayor tranquilidad y disfrute. En el caso de querer repetir, siempre se puede servir de nuevo.
- No hay que compensar al día siguiente ni hacer ningún plan detox: el cuerpo se regula con la continuidad de los hábitos normales y saludables del día a día.
En definitiva, en estas fechas, es bueno poder disfrutar de lo que nos apetezca y de la compañía siendo amables y compasivas/os con nosotras/os mismas/os.
Dulces y alcohol para una Navidad saludable
Con respecto a los dulces, como turrones o polvorones, no pasa nada por comer algún día lo que apetezca. El problema reside en que este tipo de productos comienzan a estar presentes en casa tiempo antes de comenzar las fiestas. ¿Por qué comer turrón desde Noviembre y por qué preparar bandejas con tanta cantidad que después sobran y hay que gastar posteriormente? Lo recomendable es comprar lo necesario solo para esos días de fiesta.
Con respecto al alcohol, es fundamental beber con calma, sin ansiedad, será positivo para reducir la cantidad que se consume. Procura no dejarte llevar por el ritmo de los demás. También puedes buscar alternativas para no ingerir solo alcohol: servir una copa de vino y otra de agua y/o hacer algún cóctel sin alcohol, por ejemplo.
Consejos para cocinar saludable en Navidad
En caso de que te toque planear y preparar el menú (o colaborar llevando algún plato) es una opción estupenda buscar recetas saludables y sabrosas. La comida será más nutritiva si utilizas materia prima de calidad: verduras y hortalizas, fruta, cereales integrales o legumbres. También proteínas como pavo, huevo o quesos elaborados con ingredientes 100% naturales, como los quesos Arla.
A la hora de cocinar, te recomendamos técnicas culinarias más ligeras como el vapor, la cocción, el asado o la plancha.