La chirimoya o chirimoyo (Annona cherimola) es el fruto de los árboles del género Annona, familia de la anonáceas. Estos árboles son originarios de las zonas tropicales de América del Sur y especialmente en los Andes. En España, tenemos la suerte de poder disfrutarlas ya que se dan en determinadas zonas de clima mediterráneo como Málaga y Granada. Su mejor época va de diciembre a febrero, aunque si el clima es propicio, podemos encontrar las primeras ya a partir del mes de octubre en los mercados. ¡Sigue leyendo y descúbrelo todo sobre esta fruta!
¿Cómo son las chirimoyas?
Las chirimoyas son frutas de tamaño mediano, con forma de corazón, de corteza verde o cobriza no comestible y de aspecto muy característico. La escritora Niki Segnit las describió como una mezcla entre manzana Granny Smith y un armadillo, y es que su aspecto escamoso la hace muy diferente al resto de las frutas tropicales.
Su exotismo es total ya que su interior también es muy particular. Su pulpa blanda, blanca y cremosa esconde muchas semillas grandes de color negro-chocolate. La pulpa es refrescante, aromática, suave, de sabor dulce y poco ácida. Recuerda sutilmente a la piña, al plátano y la pera, aunque también tienen notas cítricas como la de la fresa.
Una vez recogidas, se deben mantener a temperatura ambiente hasta que maduran y, una vez maduradas, ya se pueden refrigerar durante un par de días. Nunca más para que no pierdan su sabor.
Entre las variedades más comunes están la Fino de Jete, Campas, Pacica, Bonita, Impresa, Mammillata, Tuberculata y Umbonata.
¿Cómo se come la chirimoya?
- Lo importante es comerla en temporada. Sin embargo, la delicadez del propio fruto hace difícil encontrarlo todo el año o fuera de temporada. En España podemos comprarla a partir de octubre, aunque en algunos mercados europeos es difícil dar con ellas, ya sea o no su época.
- Tradicionalmente la chirimoya se come con cuchara, lo que permite ir retirando las pepitas con facilidad. No importa si es a temperatura ambiente o fresca del frigorífico.
- La podemos incluir con otras frutas en ensaladas de frutas y en ensaladas con vegetales y lechugas.
- Una de las formas más deliciosas es trocearla. Una vez pelada y retiradas las semillas, espolvorearemos canela molida y unas gotas de zumo de limón. Estos potencian su sabor dulce y delicado.
- Con la chirimoya podemos hacer ricos sorbetes, helados y bebidas elaborados con su pulpa fría o congelada. Combina a la perfección con otras frutas tropicales como piña, papaya, banana o lima.
- Por su sabor delicado, resultan espectaculares en pudding o panna cotta. Podemos usar huevos y leche, o bien anacardos y leche de coco o almendras para la versión vegana-vegetariana. Se pueden elaborar sin azúcar, endulzando naturalmente con la chirimoya, el plátano o el dátil, y así obtener un plato más saludable.
- También se pueden hacer salsas con esta fruta que acompañan bien con pollo o pescado.
Propiedades de la chirimoya
La chirimoya es muy rica en agua e hidratos de carbono. Destaca sobre todo por su riqueza en micronutrientes importantes. Entre los minerales que contiene, se encuentran: potasio, calcio, magnesio, fósforo, sodio, yodo, zinc y el hierro.
Las vitaminas del complejo B (B3, B1, B2 y B9), vitamina A y la vitamina C son las más destacadas. Esto, sumado a su importante aporte de fibra y sus tan solo 85Kcal. por cada 100 g., hace que su ingesta sea muy recomendable.
Trucos para comprar una buena chirimoya
Buscaremos aquellas cuya piel esté verde con matices dorados. No obstante, si la piel es en su mayor parte marrón claro, también puede estar bien.
Debemos evitar las demasiado ennegrecidas o que estén excesivamente blandas al tacto o arrugadas.
Lo mejor es comprar ligeramente verdes y madurar en casa a temperatura ambiente.