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La importancia de los alimentos crudos y las enzimas

Alimentos crudos

Hace decenios se observó que los animales alimentados con dietas “científicamente equilibradas” a base de pienso seco, con la adición de minerales y vitaminas sintéticas, tendían a comerse sus propios excrementos. ¿Por qué hacían eso? Porque, a pesar de su dieta «enriquecida», su alimentación no contenía alimentos crudos o frescos. Por tanto, carecía de enzimas. De ahí que los animales “reciclaran” instintivamente sus limitados recursos de vitaminas y enzimas, ingiriendo sus propias heces.

La importancia de las enzimas en los alimentos crudos

Hoy sabemos que las enzimas son esenciales para el perfecto funcionamiento de nuestro organismo. Las enzimas se encuentran en los alimentos frescos y crudos y son muy sensibles al calor. Cuando empezamos a cocinar los alimentos, se destruyen.

Para compensar ese déficit de enzimas durante la digestión, nuestro organismo tendrá que fabricar las suyas, lo que resulta un gran esfuerzo para el páncreas. Si el páncreas está trabajando en exceso, se produce una falta de enzimas metabólicas vitales para el buen desarrollo de todas las funciones celulares.

Es fácil observar cómo, con los años, las personas cuya alimentación es rica en alimentos crudos se mantienen más jóvenes, enferman menos, tienen más energía y buen humor. Si esas son las consecuencias que observamos a simple vista, es fácil deducir que el efecto se extenderá a todos los tejidos externos e internos. Esto tendrá un impacto sobre nuestra salud a todos los niveles.

Las personas jóvenes y sanas, con gran capacidad de producción de enzimas, no llegan a notarlo. Sin embargo, a medida que nuestro organismo se desgasta y envejecemos, el consumo de enzimas en nuestra alimentación se convierte en fuente de vida.

Dieta de alimentos crudos

La dieta crudífera

A raíz de los descubrimientos sobre el efecto de las enzimas surge la dieta crudífera. Se trata de una dieta totalmente compuesta por alimentos que no han sido calentados a más de 40 grados, pues a esa temperatura las enzimas empiezan a degradarse. El resto de vitaminas, antioxidantes y fotoquímicos quedan intactos de ese modo, mientras que al cocinar los alimentos muchos de esos nutrientes se destruyen.

La reciente aparición de esta tendencia no permite evaluar los peligros a largo plazo. Sin embargo, sí sabemos que seguir una dieta de este tipo requiere de una previa información y entrenamiento. Es importante aprender a planificarla para que no existan carencias.

La enzimoterapia

Otra corriente menos extrema es la enzimoterapia, nombre que recibe el uso terapéutico de enzimas. Se utiliza cada vez más en tratamientos para mejorar problemas digestivos, eliminar virus, estimular las defensas, acelerar la curación de las heridas y suprimir los mecanismos inflamatorios.

Resulta de apoyo en el tratamiento de enfermedades de todo tipo, como la fibrosis quística, el asma, la obesidad, las verrugas, la esclerosis múltiple, el cáncer o el SIDA.

Dieta rica en alimentos crudos y enzimas

En Arla creemos en el equilibrio y somos partidarios de estar bien informados sobre las bondades de los alimentos, pero siempre para tomarlos en su justa medida. Por ello hemos elaborado nuestros propios consejos:

  • Incluye todos los días en tu dieta alimentos no desnaturalizados y ricos en enzimas vivas, como frutas y verduras frescas, germinados, algas, semillas o frutos secos.
  • Cuando se te presente la oportunidad, elige platos cocinados sin calor, por métodos como la deshidratación, maceración o fermentación.
  • Prioriza los métodos de cocción en este orden: cocción al vapor, hervido, cocción a presión, salteado y pochado.
  • Evita, en la medida de lo posible, alimentos fritos, a la plancha, al horno o a la brasa, pues las temperaturas de cocción pueden llegar a ser muy altas.
  • Ten a mano una tabla de equivalencias de alimentos crudos y cocidos para que te ayude.
  • Prepara una comida crudífera una vez por semana para equilibrar tu dieta. Las personas mayores, convalecientes o con trastornos degenerativos deben prestar especial atención. 

Como curiosidad, en la Medicina China, el uso de la temperatura es uno de los factores tradicionalmente relevantes. El calor es yang, y al cocinar los alimentos se yanguizan. Eso tiene su importancia de cara al equilibrio global de la dieta, en función de la constitución y el estado de la persona, la estación del año y el clima.

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